En Reino Unido aumenta el número de euroescépticos y las encuestas arrojan un resultado de hasta siete puntos a favor del Brexit. Los británicos se están dejando llevar por los cantos de sirena que se emiten desde periódicos conservadores como ‘The Sun’, en los que se argumenta que «una liberación de la dictadura de Bruselas» les hará ser más ricos, estar más seguros y ser dueños de su destino, como EE UU o Canadá. Y lo afirman sin miramientos, como si el futuro pudiera comprarse y se supiera lo que está por venir. Ayuda y mucho a fundamentar estas quimeras los continuos fracasos que suceden en la UE, como la situación de Grecia o el excesivo paro que hay en España. Y son muchos los anglosajones que piensan –con algo de razón– que Francia y Alemania administran la UE como si fuera una finca que les pertenece. Pero omiten intencionadamente los periódicos pro Brexit aspectos capitales, como que la ruptura de Reino Unido con Europa podría llevar a su propia ruptura: Escocia, de quedarse fuera de UE, ya  amenaza con un nuevo referéndum de independencia; Irlanda del Norte tampoco está conforme y Gibraltar quedaría en un limbo aún por definir. El 23-J –día de la votación– sólo pueden ocurrir dos cosas: o que Reino Unido se quede dentro o bien que se quede a trocitos fuera.