Situación: quedas con un chico que te gusta para tomar un café, un situación positiva…pero: le gustaré, pensará que soy divertida, querrá algo más… y eso, que en principio creaba una emoción positiva, se convierte en algo negativo, angustiante: ” saldré viva del encuentro?”. Ya tenemos el estrés en nuestra vida. Lo primero que nos pide nuestro mecanismo de supervivencia, es salir corriendo pero nos atrevemos y vamos. Sometemos a nuestro organismo y cerebro a un esfuerzo máximo. Salimos vivos? claro que sí, aunque agotados. Después de la fase de resistencia, en la que nos enfrentamos al elemento estresor, sin estar seguros de poseer las habilidades y herramientas para superarlo ( por eso se produce el estrés), viene la fase de agotamiento, cuando ya hemos salido de la circunstancia estresante, hemos vaciado todo nuestro combustible psicológico y bioquímico.
Esta es una pequeña circunstancia que se da a diario en nuestras vidas, como las dificultades en el trabajo,los examenes, pequeños problemas en casa, con amigos… y esto día a día. Los estímulos estresores no son solo las grandes dificultades, esos de los que sí somos plenamente conscientes cuando aparecen: despidos, separaciones, suspensos, muertes… Son todas esas situaciones por las que nos sentimos superados.
El estrés no se puede evitar, va a hacerse presente en nuestra vida: unas veces será de forma impactante y otras poco a poco, hasta sentirnos desbordados. Lo importante no es que nos afecte, si no saber manejarlo y aprender a soltar esas cargas cotidianas.
Como manejarlo:
1. Ser conscientes de nuestro estado, físico y mental: La mayoría de las veces nos percatamos de que ya no podemos más cuando nos vemos desbordados, porque no nos escuchamos, no miramos las señales que nuestro cuerpo y emociones nos estén enviando: contracturas, dolores de cabeza, fatiga, angustia, intranquilidad…
2. Organización: saber organizarse bien es fundamental, marcar las prioridades e ir paso a paso. No se puede abarcar todo.
3. Estar en el aquí y ahora: centrarse en el presente, no anticipar ni querer controlar todo.
4. Desconectar: hacer deporte, ocio, actividades placenteras…
5. Descansar y alimentarse bien: dieta saludable y dormir un mínimo de 7 horas.
6. Trabajar la autoestima día a día: aunque la he dejado para el último punto, es fundamental trabajar nuestras fortaleces y aceptar nuestros puntos débiles para poder hacer frente a estos acontecimientos que nos ponen a prueba.
Y como siempre si no somos capaces de hacerlo nosotros mismos, pidamos ayuda, No Pasa Nada!
Disfrutad!!