Parte de nuestro dolor emocional y como consecuencia de la ansiedad que sufrimos, viene por este motivo: ser pasivos, callarnos lo que nos molesta, daña o enfada, supuestamente porque eso es lo correcto, pensar en el otro antes que en nosotros, que eso es ser egoístas. Traspasamos una delgada línea entre ser buena persona y ser tonto, así de simple.
Desde la psicología se han definido tres tipos de conducta en función de como nos relacionamos con los demás:
1. conducta pasiva: tú- tú: pensando en no hacer daño al otro, que nos acepte y valore, aunque esa otra persona no nos tenga en cuenta.
2. conducta agresiva: yo- yo. Arrasamos, pisamos, no empatizamos con la otra persona. Solo nos interesamos por lo que queremos, sin importar lo que se pueda producir en la otra persona.
3. conducta asertiva: yo- tú. Pienso en mí, en mis necesidades, derechos, expectativas, sentimientos… y los defiendo sin olvidarme que el otro tiene esos mismos derechos, es decir, intento generar el menor daño posible a la otra persona pero dandome cuenta que a veces es inevitable.
Y a veces, solo a veces, es sano saltarse eso, soltar toda la porquería emocional que cargas, y sentir esa liberación.
Si te identificas con la primera o tercera conducta y no consigues lograr expresarte como te gustaría y eso te hace daño en tus relaciones con los demás, pide ayuda a un profesional. En serio no pasa nada, sigues siendo igual de válido/a!.