Si Podemos sigue sumando alianzas con otras formaciones políticas, para sacar un mayor rédito electoral, va a llegar un día en el que no va a saber ni qué ideas defiende. El tótum revolútum que tienen organizado dentro -con tantas coaliciones distintas, cada una con un interés diferente- va camino de ser más revolútum si cabe. Pablo iglesias se encuentra ahora mismo tirando la caña a los nacionalistas de MES, a los animalistas de PACMA y, por supuesto, a IU para ver si los pesca y consigue que se sumen a su partido. Con toda esta mezcolanza intentará dar sorpasso al PSOE en las próximas elecciones del 26-J. Objetivo: ser la segunda fuerza política y tratar de formar desde esta posición el gobierno progresista que no pudo crear en la pasada legislatura. La música que intenta componer el líder de Podemos suena bien, pero le va a ser imposible escribir una letra que convenza. Porque cada partido con el que se alíe va a querer entonar la suya. Pablo Iglesias se equivoca al pensar que está capacitado para actuar como un catalizador que puede unir las diferentes izquierdas: la socialista, la comunista o la radical independentista. Si han estado separadas durante décadas, alguna razón de peso habrá que se le escapa.