Ahora que todos conocemos la composición del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, da la impresión de ya la sabíamos desde hace semanas. A pesar de lo previsible que es, nos ha tenido un poco en suspense. Pero lo cierto es que en su última intervención, ante el Pleno del Congreso, marcó sus líneas rojas (estabilidad presupuestaria, cumplir con Bruselas y seguir con el ciclo positivo de empleo) dejando claro que su equipo económico: Montoro, De Gindos y Fátima Ibáñez estarían en su gabinete. En su discurso también habló de la despolitización de la justicia. El ministro Rafa Nadal está haciendo un excelente trabajo en este sentido. Pensé: «repite». Rajoy ha querido hacerle un giño a Ribera nombrando a los negociadores que hicieron posible el pacto con Ciudadanos: Dolors Montserrat y Álvaro Nadal. Por su parte, la vicepresidenta Soraya de Santamaría tenía la equis marcada desde el principio. Igual que Dolores de Cospedal. Al exministro de Defensa, Pedro Moranés, siempre le he visto un poco como el invitado de piedra. Su destitución ni fu ni fa. Me ha parecido «afinada» la destitución de Fernández Díaz. La de García Margallo no tanto. Y de los nuevos fichajes me quedo con Íñigo Méndez de Vigo: estoy convencido de que llevará la portavocía con buen talante. Sobre el resto, ya se verá.