A lo largo de mi vida me he topado con muchos hombres a los que le faltaba un hervor o dos minutos de microondas para ser maduros y saber comportarse. Los motivos, varios: egoísmo, estulticia, falta de empatía, etc. En algunos casos, esa tardo-madurez lo canalizan estos individuos mostrando un machismo irracional. Que es el que suele verse por desgracia en algunas competiciones deportivas femeninas. Vayamos con el ejemplo: el pasado 10 y 11 de mayo se disputó el Campeonato de Asturias de Squash, organizado por club de squash de Oviedo. De primeras, el evento parecía que se desarrollaba con total normalidad. Pero cuando llegó la hora del reparto de premios para los ganadores-as, aquí pincharon. A los cuatro varones afortunados que subieron al podio les ofrecieron de premio unos simpáticos trofeos. Y a las cuatro ganadoras, esos mismos simpáticos trofeos y de añadido un consolador, un ‘kit’ de depilación y una lima eléctrica. Lo han leído bien, sí. «Nos quedamos en shock, impactadas e indignadas», comentó después Elisabeth Sado, una de las ganadoras. Hasta tal punto fue así que reconoce que tuvieron que esconder los regalos sexistas detrás del trofeo. La Federación de Squash se lava las manos, a la vez que pide disculpas y patatín y patatán. Y en el Club de Squash de Oviedo ha tenido que forzar un par de dimisiones entre su directiva. En fin, en breve seguro que veremos otro desaguisado parecido. ¡Esta lacra nunca acaba!