Degustar fish and chips o fish ‘n chips, como prefieran, constituye una experiencia esencial para el visitante en la Gran Bretaña. Gran Bretaña es una isla y comer pescado supone una dependencia del mar espiritual y práctica. Las chips simbolizan a los Brits, no hay dos chips iguales, los Brits permanecen unidos porque todos provienen del misma patata.

Cenar fish and chips es quizás la versión más antigua de lo que hoy llamamos fast food take-away “comida rápida para llevar” no solo en Inglaterra sino también en el resto del mundo. Recomiendo al visitante pedir cod (bacalao) o haddock (abadejo), esta sería la elección del auténtico Brit. El pescado, bien sea cod, bien sea haddock se reboza con harina, huevo y leche, lo que llamamos batter. Se introducirá en aceite muy caliente y el rebozado actuará como una esponja absorbiendo el aceite de forma que tengamos un pescado jugoso.  En Brighton, en los puestos callejeros tradicionales del pier nos servirán nuestra ración envuelta en unas hojas de periódico del día anterior. Antes de envolverlo nos preguntará: “salt and vinegar?” a lo que responderemos “ yes, please!”

 Jamás, nunca, llevaremos nuestro fish and chips a casa para comerlo con cuchillo y tenedor. Comeremos este manjar inmediatamente, con los dedos, caminando por la calle, preferiblemente al anochecer, bajo una finísima lluvia.