El viajero avispado en Gran Bretaña se habrá fijado en los hoteles ingleses: English breakfast o continental breakfast.
Huevos fritos, streaky bacon, champiñones, alubias, morcilla, un zumo de naranja, uvas, ciruelas, porridge, cereales, tostadas con mermelada y mantequilla, grilled tomatoes, ilimitadas tazas de té, marmite on toast etc. Todos estos alimentos (como mínimo) son los que constituyen un auténtico desayuno inglés. Los vecinos continentales se conforman compitiendo con un escuálido café con leche y unas galletas en el mejor de los casos.
Algunos pensarán que después de ingerir un full English breakfast hay que volver a la cama y dormir hasta la hora de la comida. Todo lo contrario, con un desayuno como el mencionado previamente construyeron los Brits un imperio que dominó el mundo. Afortunadamente los B&Bs británicos con sus cartelitos “all-day breakfast” mantienen estos pantagruélicos desayunos que claramente demuestran una vez más el poder de un imperio en el panorama mundial.